Relato Erótico: Me Folle a mi Yerno
Hola
a todos, en este relato me llamaré Lorena, tengo 45 años, casi 46, y quiero
compartir con Uds., una aventura sexual que tuve y que tengo con el esposo de
mi hija.
Hace
20 meses, mi hija se casó con su novio, al que llamaré Esteban un muchacho de
buen ver, en ese momento de 23 años, mide 1.84 mt, muy pero muy guapo, buena
complexión, hace gym frecuentemente. Mi hija fue novia de él solo cinco meses
antes de anuncias su compromiso, razón por la cual lo vi unas cuatro o cinco
veces durante ese tiempo.
Luego
de la luna de miel, ellos empezaron a vivir conmigo, pues aún estaban buscando
casa para alquilar, mi ahora yerno trabajaba en una empresa de bienes raíces y
estudiaba en la noche en la universidad, por su parte mi hija trabajaba de
secretaria en una empresa de construcción y en mi caso yo tengo un almacén de
ropa, le pago a alguien de confianza que la administré, yo la visito
diariamente un rato, la mayoría del tiempo estoy en mi casa, llevando las
cuentas, o dedicada a mi jardín que tengo en la parte trasera de la casa.
Yo
soy viuda desde hace seis años, mido 1.65 mt, soy llenita, tez blanca, cabello
pintado de rubio aunque natural soy de cabello castaño claro y mi mayor
atractivo son mis enormes senos, mi marido invirtió en ellos, pues después de
amamantar a mis dos hijas, pues como suele suceder las carnes pierden su dureza
y se caen, pero con un tratamiento rejuvenecedor que pago mi marido (que
incluía cirugía, pero no silicón), las tengo levantaditas todavía. Me encanta
desde siempre lucirlas con atrevidos escotes. Debo decir que no he sido una
persona que toma la iniciativa en el aspecto sexual, y había tenido un solo
novio después de la muerte de mi esposo, o sea que en el aspecto sexual no
había tenido mucha actividad en los últimos años.
Yo
fui notando la atracción de Esteban, mi yerno, en mis senos. No dejaba de vérmelos
y me ponía nerviosa por mi hija, aunque me gustaba que un hombre joven se
sintiera atraído por mí. Fue la noche de año nuevo cuando los tres la pasamos
solos en mi casa, bebíamos vino. En eso una llamada telefónica, era amigas de
mi hija, de su promo del colegio que estaban en la ciudad y la llamaban para
juntarse en un conocido restaurante. Mi hija le pidió a Esteban que la
acompañara, pero el no quiso, indicando que solo mujeres habrían allí y que no
las conocía, así que le dijo que se apurara y que la esperaríamos conmigo.
Mi
hija se fue y me quedé sola con mi yerno, el abrió otra botella de vino, ambos
ya estábamos subiditos de tono, esa noche yo me había puesto un vestido tipo
strapple, realmente me veía apetitosa y Esteban con los vinitos ya no podía
disimular su atracción hacia mis senos. Me comenzó a decir cositas dulces, que
yo era una mujer hermosa, que como era posible que hubiera reiniciado mi vida
con otro hombre, pues parecía la hermana de su esposa y cosas así, total que
entramos en una placentera atmosfera romántica y a eso súmenle los vinitos y
fue Esteban quien buscó mi boca y me besó rico. Yo después de un instante, lo
retiré y le dije que estaba mal, que él era el esposo de mi hija, pero solo
hacía falta que el insistiera, pues él también me gustaba mucho, y eso fue lo
que sucedió, el siguió buscando mi boca y nos quedamos prendidos un buen rato
dándonos lengüita, pero no quedó allí, el soltó mi boca y bajó por mi cuello,
que rico usaba su tibia lengua, fue bajando más, yo sabía que quería llegar a
mis senos, bajó mi vestido y mi tetas quedaron al aire. Esteban la comenzó a
mamar intensamente, había momentos que chupaba tanto que me causaba cierta
incomodidad, pero yo estaba muy caliente para retirarlo de allí, no vi que
Esteban me dejaría marcadas mi tetas por varios días, mamó y mamó mis pezones,
sus manos frotaban mis muslos y luego una de ellas se introdujo en mi braguita,
sus dedos jugaron con mi panochita, luego uno de sus dedos se introdujo dentro
de ella y supo que yo estaba muy mojadita. Sacó su dedo de mi panocha y lo
chupó entre sus labios.
Yo
sabía que mi hija tardaría un buen rato con sus amigas y Esteban también lo
sabía. Se quitó la camisa y me puse ahora yo a chuparle sus pezones, mientras
lo hacía él fue bajándome el pasador del vestido, luego me ayudó a quitármelo y
me quedé solo con zapatos y bragas, él se quitó el pantalón y luego su bóxer,
me enseñó su buena verga, mi yerno era bien dotado y la tenía casi erecta, la
frotó frente a mi rostro y me pidió que se mamara, no podía negarme, eso quería
yo, gozar un buen semental como parecía mi yerno. La tomé con una mano y la
llevé dentro de mi boca, estaba cada vez más dura, su glande era gordo, la mamé
como hacía muchos años, tal vez como en los primeros años de mi matrimonio,
bajé luego a chupar sus cojones, eso sabía que volvía locos a los hombres y
Esteban no era excepción, pues se puso como loco a gemir mientras yo le comía
los huevos. Luego volví a mamar su larga verga y ya tenía unas gotitas de líquido
pre seminal en su glande, las cuales lamí y me tragué.
Después
él quería también chupar mi raja y me acostó en el sofá y abriendo mis llenitas
piernas me comenzó a comer mi panochita, me daba intensas lamidas que llegaban
desde mi clítoris hasta mi ano, me hizo gritar de placer, desde hace mucho
tiempo que no sentía un sexo oral tan rico y profundo. Me hizo correrme muy
pronto, él no paró al sentir mi corrida, sino más bien aceleró sus lengüetazos
sobre mi panochita y degustó todo lo que salía de mi vagina.
Luego
de fue colocando encima de mí, tomó su vergota y la puso en mi rajita, me la
metió de un solo golpe hasta la mitad, yo gemí y luego se puso a cogerme como
desesperado, con duras embestidas, que me volvía loca de placer, posiblemente
pensando en que mi hija podría volver en cualquier momento. Mientras me
ensartaba sin descanso, se puso a chuparme las tetas, a la vez que me decía que
eran las más lindas que había visto en su vida. Mamándome y cogiéndome no pude
resistir llegar a una nueva corrida y la primera de él, los dos explotamos,
sentí su semen caliente derramarse en mi vagina, podía sentir los latidos de
cada latigazo de leche que me daba. Entre suspiros y gemidos terminamos. Yo fui
la primera que me puse de pie, tomé mi vestido y mis otras prendas y me dirigí
al tocador, él se quedó también vistiéndose.
Unos
diez minutos teníamos de haber vuelto a sentarnos en el living, diciéndonos
cosas como -que hicimos??-, o que estuvo delicioso-, cuando mi hija aparece de
nuevo. Platicamos un rato más, Esteban y yo no dejábamos de vernos a los ojos.
Finalmente nos fuimos a dormir, todavía tenía alguna cantidad de semen en mi
vagina que salió durante la noche y mojó mi braguita. Al otro día que aún era
de asueto laboral, me topé con Esteban en la cocina y ambos decidimos dejarlo
allí y guardar el secreto. Pero eso estaba lejos de acabar.
Como
una semana más tarde, estaba yo tomando café con unas amigas en una cafetería
del centro, cuando recibo una llamada por el móvil, era Esteban, me decía que
necesitaba verme, que no podía pasar otro día sin verme, al principio pensé que
tenía un problema, le dije la dirección de la cafetería. En ese momento
casualmente una parte de la cafetería estaba en restauración, así que había
láminas que tapaban una parte de ella.
A
los pocos minutos otra vez llamada de mi yerno, me dijo que ya estaba en la
cafetería en la parte en restauración que entrara allí que en ese momento no
había comensales cerca, yo me paré les dije a mis amigas que haría una llamada,
caminé hacia allí y entre entre plásticos y allí estaba él, me dijo que estaba
desesperado por verme, me abrazó y me besó, yo lo separé y le dije que era esto
una locura, -sí, es una locura!- me contestó y de nuevo nos abrazamos y nos
besamos ardientemente, sus manos tocaban todo mi cuerpo, en eso había una mesa
dentro de esa área, me sentó y siguió besándome, me bajó la blusa y luego el
sostén y me mamó los senos de nuevo tan rico como la primera vez, yo me dejé
ir, me acostó y haciéndome a un lado me comenzó a comer la panocha, cualquier
persona que se acercara a esa área en restauración no pudo haber visto, pero no
nos importaba en ese momento, yo gocé como su lengua recorría de nuevo mi clítoris,
mi vagina y mi ano. Luego sacándose la verga me penetró allí sobre esa mesa, me
dio duro y en pocos minutos acabó dentro de mí. Nos compusimos la ropa y
salimos de allí, me dijo que no me podía olvidar y que algo raro le estaba
pasando. Le dije que estaba con unas amigas que después platicábamos acerca de
eso, me dio un beso y se fue. Yo regresé a la mesa con mis amigas con la
entrepierna goteando del semen de mi yerno.
Si
es cierto, nos juntamos con Esteban, pero ya no fue para charlar de nuestra
situación, sino para follar como conejos, no podíamos estar un minuto a solas,
que empezábamos a besarnos y luego terminábamos cogiendo rico donde estuviéramos.
Esteban me inicio en el sexo anal y le encanta correrse dentro de mi ano, yo
nunca había experimentado eso y que bueno que fue con él, me hace sentir viva.
Más tarde empezamos frecuentar moteles, pues no era suficiente estar juntos una
o dos veces a la semana. Queríamos más. Yo me vestía sexy para él, jugábamos a
tener fantasías, las relaciones con Esteban duraban dos o tres horas cada vez,
pues nuestras fantasías eran bien representadas por cada uno, como un juego en
serio. Mis tetas son su principal parte. Luego de meses, él me decía que quería
separarse de mi hija para vivir conmigo, yo lo sentencié que no lo hiciera o no
me vería más. Yo le digo que en pocos años me entrará más la vejez y perderá su
interés por mí, él no lo cree, pero por mis años sé que así será, lo mejor será
mantenernos anónimos mientras que a se le baja su deseo por mí. Pero tengo
miedo que se entere mi hija que yo me acuesto con su marido.
Yo
sé que muchos de Uds. me censuraran, pero todo salió de forma natural. Me
encanta follar con Esteban, nunca me lo había hecho con tanta pasión, me
encanta ser deseada. Pero por otro lado, mi hija. ADIOS.
Ver También: Tips, Consejos y Curiosidades - Sexo y Salud - Relatos Eroticos
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